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viernes, 13 de marzo de 2015

Relato corto: María de los Santos 2

Relato corto: María de los Santos
Número:    02
Episodio:   Ángela

Mira con interés cuanto ocurre en la calle, está sentada en el balconcito rodeada de  macetas, viste con pulcritud y sencillez, luce muchas canas en su moño alto y con las manos apoyadas en el regazo transmite sensación de sosiego. Del salón le llega el sonido de la radio pero ella no está atenta a lo que dicen, un olor agradable le viene de la ventana de su cocina. Tan sólo empaña tanta felicidad la falta de su esposo. El recuerdo de su gesto ausente siempre le acompaña, nadie le transmitía tanto con su sola presencia, tampoco nadie necesitó tanto de sus cuidados, podía decirse que era su hombre perfecto, desde el primer día que le faltó sintió su vacío, se le hizo un hueco en el alma, dejó de sentirse requerida en mil detalles, el tiempo se le hizo eterno, ninguno de sus dos hijos precisó de tanta dedicación como él, a nadie hubiera servido con mayor empeño. La voz de su hija Ángela le saca de sus cavilaciones, le habla con la misma dulzura que ella lo hacia con su esposo, viene a su lado, le acaricia los brazos, le masajea toda la zona del cuello, pone su cara junto a la de ella, le besa, la envuelve con su ternura. Ella se deja hacer, su hija la mece como a un bebé, la cuida y mima con dedicación absoluta, está pendiente de cada detalle suyo, le prepara su ropa con esmero, cepilla su cabello, unta con crema sus manos, pone colorete en su rostro, le habla amorosa, ya no sólo no debe cuidar a su esposo sino que su hija lo hace incluso por ella misma. A sus sesenta largos años se encuentra bien de salud, la pensión de viudedad les permite vivir con holgura, ahorran porque ellas dos son de poco gasto, su hijo le llama con frecuencia, está muy lejos pero se siente bien, salió a su padre en lo estudioso, también él es investigador, pero su talante es otro, su carácter es más posesivo y dinámico, enseguida cruzó las fronteras, pasó de una universidad a otra, de un continente, a otro más lejano, es que se le hacen chicos los países porque es un viajero de la ciencia en lo universal. 

Mira atrás y se ve de nuevo delante de él, - Señor, le oí decir que necesitaba una chica para casa. 

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