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domingo, 21 de diciembre de 2014

Una joven y preciosas KATE MOSS tras la cámara del fotógrafo escocés ALBERT WATSON.




El fotógrafo iraní BABAK FATHOLAHI y algunos bellos rostros captados por su cámara.







Los magníficos dibujos del artista español AMBRO JORDI.





Los sorprendentes collages textiles de la artista inglesa SOPHIE STANDING.






Desenfadadas y preciosas figuras de porcelana de la artista holandesa JANNEKE BRUINES.






JESSICA - Javier

Relato:      Jessica
Número:    08
Episodio:   Javier
Género:     Novela negra

Desde hace meses se conduce por la vida con el descaro de siempre pero sin aspavientos, su andar ha perdido ese aire felino con el que alardeaba de instinto salvaje, su cuerpo es más musculoso, más varonil, pero la redondez de sus nalgas y caderas se imponen y le dan un andar cadencioso y sugerente. Su mirada no ha perdido intensidad, pero si la agresividad de antes, han sido cambios de carácter paulatino, imperceptibles en el día a día, incluso puede que no sea consciente de ellos porque se sigue sintiendo con fuerza, dueña de si misma y capaz de todo. Su vida ahora viene marcada por el confort, tiene cuanto desea, aunque sabe que no puede exteriorizar su situación económica, por ello no ha cambiado de vivienda, pero ésta ahora es un recinto de bienestar, la ha transformado en un lugar acogedor y deseado, las nuevas tecnologías le han permitido insonorizarla y disfrutar en su interior de todos los avances en sonido e imagen. La cocina antes desangelada ahora es cálida y acogedora, alfombras de largo pelo cubren los espacios más íntimos, preciosos cuadros adornan sus paredes, las luces se hacen invisibles con simples gestos, todo ello contribuye a que se vuelva más casera, también más vulnerable y sensible a todo este bienestar. Ahora viaja, es un hábito nuevo, lo hace sin motivos aparentes, se permite en ellos incluso relacionarse, ya no es tan esquiva con los hombres, sigue siendo, eso si, exigente, podría decirse que no es una mujer fácil de conquistar.

Como en tantas ocasiones anteriores viaja a Málaga, va echada hacía atrás, con las rodillas subidas y el ipad apoyado en ellas, está ensimismada escuchando música y visionando sus últimas fotografías, no se apercibe de la presencia del joven hasta que éste le hace un gesto simpático de acercamiento, puede tener su edad, es alto, atractivo, pero es su sonrisa y la expresión franca y abierta de su rostro la que le lleva a prestarle atención. Se decide después de sopesar pros y contra, desconecta los auriculares y le corresponde al saludo, se encuentra con sus ojos y advierte en ellos un interés que le complace, después se sorprende dándole pie a que prosiga en su animada conversación, la desenvoltura y naturalidad con la que él se manifiesta la desarma, se permite cierta espontaneidad, le sigue en el tono desenfadado, se crea entre ellos una corriente de simpatía, el joven le cuenta anécdotas curiosas que le mantienen expectante, por momentos su conversación se vuelve cada vez más próxima y agradable, parecen dos amigos, a ella no le pasa desapercibido su cuidada indumentaria, la calidad de sus prendas, sus gestos educados, su forma de hablar refinada y culta, de no ser por su trato deferente podría incluso haberse sentido insegura. Al ir acercándose a la Estación de María Zambrana de Málaga, a ambos les entra un manifiesto deseo de alargar la conversación, de no interrumpir un acercamiento que les complace, es ella finalmente quien propicia el que se vean al día siguiente, después, ya en el hotel, no deja de sorprenderle su actitud, por primera vez no ve un enemigo o rival enfrente, se sonríe para sus adentros convencida de que algo en ella está cambiando.

Durante la noche se despierta en varias ocasiones, no deja de pensar en él, reflexiona, se pregunta como debe actuar, incluso en la forma de vestir más apropiada, al final llega a la conclusión de ir lo más sencilla posible. De madrugada la habitación se transforma en cueva con reflejos de fuego, una gran olla hierve con un líquido espeso y maloliente, sus uñas son largas y curvas, la pócima va adquiriendo carácter, incluso se manifiesta con voz lejana, el rostro del joven se dibuja entre el vapor verdoso, se despierta sobresaltada, suelta un manotazo al aire a modo de conjuro y vuelve a pensar de nuevo en Javier Mendicel.

Preciosas las obras de arte en vidrio del artista italiano LINO TAGLIAPIETRA.





domingo, 30 de noviembre de 2014

Las impresionantes composiciones de la japonesa AYA KATO




Las delicias en cerámica del artista chino JOHNSON TSANG






Preciosa figura del escultor ALEJANDRO DANEL


JESSICA - Operación billetes

Relato:      Jessica
Número:    07
Episodio:   Operación billetes
Género:     Novela negra

Tras sus gafas oscuras de sol observa cuanto ocurre a su alrededor pero lo hace por pura curiosidad, se siente totalmente relajada en la piscina del hotel, tendida sobre la toalla blanca que cubre la hamaca de vivos colores. Hace sólo unas horas que llegó y aún se siente impregnada de los acontecimientos de los días pasados, sonríe por ello pensando en sus éxitos, todo le va saliendo según lo previsto, nadie viéndola es este instante podría imaginar de lo que es capaz. Cada reto que se ha impuesto lo ha superado con precisión y acierto, ahora, cualquiera la confundiría con una simple turista deseosa de sol y de pasarlo bien.
En España le facilitaron un nombre, un domicilio y un teléfono… suficiente. Llamó y la voz aguda de su interlocutor le sorprendió negativamente, - Nadie con una voz así puede jugar limpio, se dijo, pero quedó en verle, se citaron en un bar, allí tomaron el primer contacto, luego juntos se desplazaron en coche hasta la oficina de él, era un hombre menudo, con sonrisa perenne, ojos vivos y achinados. Cuando llegaron a la oficina a ella le sorprendió el orden y la limpieza de las dos dependencias de que constaba. La conversación en todo momento fue concisa, ninguno de los dos estaba allí para perder el tiempo con formalidades sociales, ella hizo un aparte y al regresar le entregó al hombre un pendrive, éste lo instaló en su ordenador y tan pronto apareció la primera imagen el gesto de su cara quedó algo congestionado, era un brillante, con delicada talla y de un precioso tono azulado, de 120 quilates. En cada una nueva imagen que aparecía el gesto del hombre era más concluyente, no sobrepasó la cuarta, miró a la joven y le dijo escuetamente, - No trabajo estos artículos, superan mi capacidad. La joven no cambió un ápice su expresión, simplemente preguntó - ¿Conoces a quien lo haga?. El otro puso un gesto extraño, como previendo repercusiones, después masculló, - Aquí no, en la capital conozco a alguien que puede, pero no estoy seguro. Al final le facilitó la información precisa para localizarlo. 
Los dos siguientes días se los tomo de solaz, nada parecía poder alterar su estado de ánimo, la piscina, el gimnasio, unas copas por la noche, moscones a su alrededor, gesto de suficiencia, algunos valientes dispuestos a plantarle cara, al final le acompañaba tan sólo una soledad adherida a su piel como una sombra fija.
En esta ocasión no hizo llamadas, se dirigió directamente a la dirección del especialista, no le fue difícil dar con él, pero tuvo que pasar por dos filtros previos antes de ponérselo frente a frente, su aspecto denotaba cierto nivel, era de mediana edad, bien trajeado, gesto educado, fondo de mirada gris acerado, sonrisa impuesta y voz impersonal. Igualmente con él ella hizo un aparte y volvió con el pendrive. El hombre estaba advertido, su gesto no cambió, pero ella se apercibió de un cierto temblor en su mano izquierda, a modo de tic nervioso. En el pendrive llevaba sólo parte de la mercancía pero incluso ésta al hombre le resultaba excesiva, le dijo que podría intentarlo con las dos piezas principales, pero que habría mediadores de por medio, o sea que el precio no sería el esperado. Salió con la certidumbre de la dificultad que llevaría implícito la operación, decidió que allí no estaba su cliente. 
Debía coger el primer vuelo para Los Angeles - California, seis horas más tarde estaba en el aeropuerto dispuesta para salir. Los vio aparecer a lo lejos, el hombre con quien había hablado antes venía acompañado por otro hombre entrado en años, grueso, que portaba un maletín y llevaba un sombrero con el ala caída hacia la cara. Se le dirigieron directamente con clara intención, ella no hizo un gesto, se sentaron a su lado, era obvio que le habían estado siguiendo todo este tiempo, no le importó. El hombre del sombrero se quito éste a modo de deferencia y se presentó como Matías Santos, a continuación le expuso sin tapujos que podría hacerse cargo de la mercancía, la cuestión del precio lo hablarían una vez sus técnico procedieran a una valoración pericial del producto, se manifestaba con confianza y seguridad, - A éste seguro que no le temblará nada de llevarse a cabo la operación, pensó. Sólo permitió una copia de la imagen del brillante, para que ésta pudiera ser analizada por sus expertos, en caso de conformidad y una vez formalizada la operación inicial se proseguiría con el resto. Ante su sorpresa desde allí mismo el Sr. Santos envío la imagen y quedó a la espera, minutos después éste tenía un informe conciso y concreto que mostró a la joven, se podría pagar hasta trescientos mil euros. Ella accedió con el gesto, le pareció suficiente. El otro le aconsejó actuar de igual forma con el resto, se lo pensó tomándose un refresco en la cafetería, volvió y procedieron como antes. El resultado final, un millón doscientos mil euros.
Como había previsto salió con destino a Los Ángeles - California, estuvo tres días, se hospedó en un hotel de lujo, eligió la Suite Princesa, le gustó el nombre, cada noche bajaba en busca de un hombre guapo, los dos primeros subió sola, el tercero encontró al elegido, guapo, algo canalla y de vuelta de muchas cosas, ya en la habitación se aplicaron a fondo, al final éste, incluso se permitió hacerse el macho, ella se lo estaba pasando bien pero aún así le puso la linea, fue tajante y clara, el otro estaba demasiado envalentonado y la cruzó, no hubo otro aviso, extrajo de su bolso un dentado de acero que colocó en su puño y le golpeó en el bajo vientre, después en los riñones, al final le ayudó a vestirse y le dejó marchar. Antes de dormir se miró en el espejo del lujoso cuarto de baño y se dijo, - Que mala eres, después una sonrisa triste se dibujó en su rostro.
Una vez en España las partes fueron cumpliendo el protocolo acordado, la operación se llevó a cabo en la habitación de un hotel de Madrid, una joven inglesa fue la elegida por los compradores para la transacción, ésta se encontraba en la habitación con una maleta de viaje y un ordenador portátil, a través de Internet fue mostrando a los compradores una a una las joyas, que ella le iba entregando, al finalizar la comprobación le hizo entrega de la maleta a Jessica, quien paso los billetes por una contadora y verificadora de autenticidad, después de comprobado, la inglesa se marchó con una bolsa de El corte Inglés repleta de joyas y ella se quedó con la maleta llena de billetes de quinientos euros. Diez minutos después estaba en otra habitación reservada desde dos días antes, en la que trasladó los billetes de la maleta a una mochila y dos bolsas de tiendas de marca. Cuando salió cuatro horas después nadie podría haberla reconocido.

Cogió un taxi hasta la estación de Atocha, donde metió las bolsas y la mochila en una maleta consignada, luego en los vestuarios cambió de nuevo su atuendo y la peluca, aguardo al AVE y volvió a casa.

El británico ALAN FEARNLEY nos traslada a otra época con fuerza y glamour