Relato corto: " A ras"

Veo a papá con sus anchas espaldas y la tez morena, le llamo, pero está ausente, como perdido en sus pensamientos. 

Aparece Alicia, está preciosa con sus coletas rubias, mi primer beso, es sólo un roce tímido de labios. 

Agustín, amigo mío, - Te fuiste tan pronto. 

Alfonso Caletas, zorro chiflado, compañero de tantas huidas a ninguna parte. 

- Mamá ¿Te he dicho cuanto te quiero…?. 

- ¡Cuidado!, aparten a ese niño!, 

- No quise hacerte daño, Dasy… de verdad. 

- ¿A que hora sale el tren?. 

- No me llamo Julián, sino Alfonso Carlos. 

María, mi primer amor, - Que canciones tan bonitas cantas.  

- Teresita, hueles a hembra en celos, jaja, - Te lo has pintado, jaja. - 

Póngase firme soy su superior, - Vamos Paniza… que es broma, hombre. - 

- Me duele, me duele mucho, ¿podrían hacer algo?. 

Me despierto, estoy tendido en una camilla dura y de un blanco ofensivo, - Me duele. Una enfermera se acerca, tiene el gesto grave, preocupado. Le pregunto - ¿Qué hago aquí?, - ¿Non se acorda de nada?, me responde en gallego. - Maldita sea, le suelto encorajinado, se aleja con el gesto contraído.  

- ¿A dónde vas mamá…? es ya muy tarde.  

- ¿Qué ha sido ese chasquido?. 

- Verónica tienes que venir a verme, llevo esperándote horas. 

Papá me abraza, siento la fuerza de sus brazos, la ternura en su gesto. 

- No vengas tarde, por favor, le dice un hombre con el gesto preocupado a una chica que casi no veo, luego me aclara - Es mi hija que ahora sale de noche.  

- Choca esos cinco mariquita, es mi primo Luís, que pálido está. 

- Eeeeh amigo, despierta, ¿como estás?. Sigo en la camilla, un tipo de verde mal encarado me mira, - Maldita sea, suelto de nuevo. - No te malhumores, que soy de los buenos…, - ¿Como te sientes?, - Me duele, me duele mucho, le digo sin pensar, - ¿Dónde te duele?, me inquiere amable, - Me duele adentro, me oigo responder. 

- Mamá no me dejes solito, está todo muy oscuro.

Son todos viejos, arrugados, sin labios o sin dientes que los levanten, uno de ellos es el abuelo Alfonso, - Abuelito, grito, me mira pero ya es el abuelo Ángel, se ríe, nos reímos, me da una palmadita en la espalda. 

Cae una lluvia intensa, lejos con impermeable está la tía Rosario, busco al tío Rafael, no está, la siento tan solita, - Tíaaa, la llamo

- Sólo tengo carne de membrillo y piquitos, me dice la abuela Ángela.

La emprendo a golpes, son muchos niños, les puedo a todos, me paro, les miro, entonces le reconozco, son mis amigos, Agustín, Carlitos, Peñarol, Ismael.

Toco la guitarra, suena rara, empiezo a afinarla, tarareo una canción, mi prima Pepa me mira complacida.

- Salta, salta, me dicen, - Me da miedo, respondo, - Tienes que saltar, repiten, está muy alto miro hacia abajo y me arrugo

Me traquetean, me entero a ramalazos, suena el ascensor, quienes me llevan cuchichean en voz baja, intento abrir los ojos pero no puedo, me pesan tanto los párpados.

Hay un sobre con billetes de a cien, está abierto, resbala, cae, quiero cogerlo, se va al vacío los billetes se esparcen en el aire.

El rector en persona viene a traerme el título académico, doctor en … está borroso, no puedo leerlo, temo que se haya equivocado, mi gesto le hace cambiar de idea, se da la vuelta, se marcha, le sigo, corro tras  de él, es imposible. Golpeo con fuerza la pared.

Beatriz se acerca, que guapa es, está embarazada, será de Alfonsito, pienso.

Alfonsito viene corriendo con los brazos abiertos, al llegar junto a mi se tropieza y me golpea con su cabeza en la nariz, - Me duele mucho, digo.

La camilla golpea la pared, chirrían las ruedas, de pronto la luz lo invade todo, hablan a mi alrededor en un susurro impertinente, - Callensen, grito, me oigo, me oyen todos porque callan repentinamente, me alarmo, una voz autoritaria y amable se dirige a mí, - Alfonso, está en buenas manos, mi equipo esta preparado para intervenir, ahora lo van a dormir déjese llevar.