sábado, 14 de mayo de 2016

Relato de: Javier Mendicel Fuentes. Número: 057. Episodio: Nella. Género: Novela.



En esta hora temprana de la mañana luce Calle Larios en plena libertad, recién regada ofrece además cierta frescura en el ambiente. Sin sus paseantes habituales da la impresión de ser más ancha y un tanto chic. Estoy junto a Rossana en una de las mesas exteriores de la cafetería pastelería “Lepanto”, hacemos tiempo hasta que llegue su amiga Nella (Antonella), con la que ha quedado en vernos aquí. Estamos relajados, yo la miro complacido porque sin maquillaje, tan natural, está preciosa. Además, su mirada es limpia, directa, espontánea. Se parece a la Ava Gardner de “La Condesa descalza”, tiene fuerza en su bello rostro a la vez que serenidad y una manifiesta satisfacción. Enseguida advierte la llegada de su amiga, se gira tan pronto la ve aparecer y me anuncia su presencia, miro, la localizo y observo mientras viene hacia nosotros, lo hace de forma apresurada y con pasitos cortos, es algo mayor que ella, tiene la cara redonda y sonrosada, le ríe el rostro y se le forman dos hoyuelos al hacerlo, al llegar me besa cariñosa, me impregna de su fragancia fresca mientras emite sonidos de complacencia, en sus ojos descubro viveza pero se manifiesta de forma apacible y próxima. Una vez acomodados después de las presentaciones, Rossana se apresura a pedirme que le cuente mi historia, me sorprende pero se muestra tan vivamente interesada que me pongo en ello. Cuando Nella toma conciencia de que hablo de Carla Suconlise se le transmuta el rostro, su expresión es de sorpresa, cogida desprevenida le sobrecogen mis palabras, repite varias veces su nombre para que me ratifique, lo hago y cierra los ojos complacida. Con calma, pero sin poder evitar cierta emoción, me explica su gran admiración por la autora de “Versi trovati”, me aclara que ella ahora es editora independiente, pero cuando la conoció era empleada de una editorial en la que la señora Suconlise ya era una leyenda. Me cuenta que las editoriales de mayor prestigio desde hace años se la disputan, la prensa la adula, sus escasas entrevistas son leídas por un amplio y selecto público ávido de saber de ella. Ahora el más sorprendido soy yo, desconocía el alcance de su fama. Nella sigue con igual entusiasmo hablándonos de Carla, dice que es maravillosamente enigmática, que su última novela tuvo un éxito impresionante, que su fuerza espiritual conmueve a sus lectores, añade que desde hace años está alejada de todos y que recientemente apareció una imagen suya en un semanario por lo que ha vuelto a ponerse de actualidad. 
Me siento enormemente afortunado por haber vivido una experiencia tan maravillosa, les explico que sin conocer su fama me impresionó desde un primer momento, les cuento que me llevó tiempo terminar sus dibujos, que los hice con una pasión increíble. Les relato con todo detalle como realicé de memoria su último dibujo y como conseguí plasmar en él la impresión de ausencia que me transmitió. Nos quedamos mudos de pronto, cada uno vive el momento con sus propias sensaciones. Rossana pone en su pierna mi mano derecha y la acaricia, Nella, sorpresivamente para mí, coge mi mano izquierda e igualmente la pone en su pierna y me la acaricia. Estamos unidos por una magia que nos envuelve y pienso que Marcelo (el esposo de Carla) querría estar también presente en nuestro homenaje a su querida esposa y que se nos uniría, se lo digo así a ellas y ambas entrelazan sus dedos con los míos y sonreímos felices.
A corta distancia veo pasar de pronto a Ernesto Franco (joven y exitoso empresario que conocí en una fiesta de mi prima Beatriz) va acompañado de varios señores, todos van bien trajeados, nos mira y sorprende en esta actitud de entrega y ensimismamiento, leo en su rostro sorpresa pero a continuación le surge el de admiración, sonríe complacido y me guiña el ojo con una complicidad simpática. Le sonrío también desde el otro lado de una escena en la que no me puedo sentir mejor. 
Vuelvo a casa al mediodía, durante el almuerzo le cuento a mamá y a Ana el encuentro con Rossana y Nella, les hago partícipes de las curiosas coincidencias que a veces tiene la vida, vuelvo a la singular historia que ellas ya conocen, pero que ahora adquiere una importancia renovada por el conocimiento de la fascinación que en todos produce una persona tan especial. Mamá me mira todo el tiempo con mucha curiosidad y por último me pregunta, -¿Qué tal es Rossana?, no entiende muy bien como Carla ha conseguido desplazarla a una manifiesta segunda posición, antes de darle respuesta me sonrío para mis adentros porque curiosamente quién llama más poderosamente mi atención ahora es Nella, hemos quedado los tres en vernos luego y presumo que ella va a tomar mucho protagonismo, no sé como explicárselo a mamá porque tampoco yo lo tengo nada claro. 

  

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